La primera sensación que brinda "Central Do Brasil" es la de calidez. Desde los colores en tonos anaranjados de la imagen, hasta el brillo de los rostros de los personajes que señalan transpiración corporal por la temperatura del lugar que aparentemente los rodea.
Esta descripción deja de ser irrelevante si la utilizamos como analogía para medir el grado de emoción que puede llegar a trasmitir esta película logrando subir la temperatura de nuestros corazones hasta, tal vez, la ebullición de algunas lagrimas. Sin necesidad de diálogos empalagosos ni sentimentalismos rebuscados, Central Do Brasil logra conmover hasta el último nervio. Tal vez la historia que a primera impresión parece cotidiana, se transforma en extraordinaria, convirtiéndonos en acompañantes fieles de los personajes al poder experimentar junto a ellos el miedo, la incertidumbre, la nostalgia y la felicidad por la que atraviesan conforme avanza la película. En uno de los diálogos del personaje que interpreta Fernanda Montenegro (Dora) se propone; “El día que quieras acordarte de mí, mira la foto que nos sacamos juntos. Te lo digo porque tengo miedo que un día, también me olvides.”; está película es la foto que debemos mirar cuando nos olvidemos quienes somos y queramos recordar el anhelo que sentimos cada vez que reencontramos ese lugar al que podríamos llamar "hogar".
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